Restos de misión a Venus caen a la Tierra esta semana

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Una pieza espacial de una nave soviética, que falló en su intento de llegar a Venus hace más de cinco décadas, está previsto que entre de nuevo en la atmósfera de la Tierra en los próximos días. El artefacto, identificado como Cosmos 482, es uno de los vestigios emblemáticos de la audaz carrera espacial del siglo XX y ha permanecido en órbita alrededor de nuestro mundo desde su despegue fallido.

A pesar de que las previsiones vigentes indican que el retorno está previsto para aproximadamente el 10 de mayo, hay numerosas dudas en torno al objeto, como sus dimensiones, configuración y cómo actuará al penetrar la atmósfera de la Tierra. Estas variables, sumadas a la falta de certeza acerca de las condiciones espaciales, han provocado conjeturas sobre los riesgos potenciales para las personas.

La herencia de Cosmos 482

Cosmos 482 es un vestigio de la feroz carrera espacial entre la URSS y los Estados Unidos durante los años 60 y 70. Formaba parte del programa soviético Venera, que buscaba investigar las extremas condiciones del planeta Venus. El objeto que ahora se dirige hacia la Tierra es probablemente una cápsula de entrada de forma cilíndrica, creada inicialmente para soportar las elevadas temperaturas y presiones en la atmósfera de Venus. Este diseño resistente, con un escudo térmico avanzado, podría permitirle soportar la reentrada en la atmósfera terrestre.

Sin embargo, la cápsula ha estado expuesta al duro entorno del espacio durante décadas, lo que ha afectado su integridad estructural. Aunque estaba equipada con un sistema de paracaídas para amortiguar su descenso, es poco probable que dicho mecanismo funcione después de tanto tiempo.

Peligros vinculados al retorno

La posibilidad de que el impacto produzca daños considerables es reducida, calculada en aproximadamente 1 entre 25,000. Esto se debe, en parte, a que la mayoría del planeta está cubierta de agua, lo cual incrementa la probabilidad de que el objeto caiga en el mar. No obstante, si la cápsula logra atravesar la atmósfera y aterriza en tierra, podría suponer un riesgo moderado para las personas y bienes próximos al lugar de impacto.

Es fundamental señalar que, si los escombros alcanzan áreas pobladas, no se deben tocar. La cápsula podría tener restos de materiales nocivos, como combustibles químicos, que pueden poner en peligro la salud y el entorno. Las autoridades han sugerido que cualquier observación de los restos sea informada de inmediato para asegurar una respuesta efectiva y segura.

Una mirada al pasado y al futuro

El proyecto espacial soviético consiguió muchos progresos importantes en la investigación de Venus. Diversas sondas del programa Venera llegaron al suelo del planeta, obteniendo información valiosa antes de ser afectadas por las severas condiciones del entorno de Venus. Cosmos 482, no obstante, no logró abandonar la órbita de la Tierra debido a problemas técnicos durante su despegue en 1972.

Este acontecimiento destaca la relevancia de enfrentar los retos relacionados con los residuos espaciales. Con el paso del tiempo, se han establecido normativas para reducir el impacto de los fragmentos de satélites y vehículos espaciales fuera de servicio. No obstante, este suceso resalta la urgencia de redoblar los esfuerzos para asegurar que los lanzamientos espaciales presentes y futuros no ocasionen peligros semejantes en los años venideros.

Por Henry F. Soto

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