España concentra uno de cada cuatro parados de más de 50 años en Europa | Economía

España concentra uno de cada cuatro parados de más de 50 años en Europa | Economía

A pesar de las correcciones que la reforma laboral ha provocado en el mercado de trabajo —la temporalidad se ha recortado en siete puntos, del 24,2% al 17,2%—, algunos de los males estructurales de los que adolece el empleo en España siguen siendo una barrera por destruir. Es el caso del número de parados —2,8 millones según la última EPA—, y de entre todos ellos singularmente los de mayor edad, aquellos mayores de 50 años —unas 850.000 personas—, que llegan a representar un 27% del total de este grupo de desempleados dentro de la Unión Europea, esto es, una de cada cuatro, según concluye el último Observatorio trimestral del mercado de trabajo que ha presentado este lunes la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).

“Las personas de edad avanzada ya constituyen la mayoría de los parados registrados y superan a los jóvenes en la EPA”, alerta el estudio de Fedea, que ha sido elaborado por Florentino Felgueroso, Rafael Doménech, Alfonso Arellano, Juan Ramón García, Marcel Jansen y Analía Viola. “España es el cuarto país de los Veintisiete con mayor proporción de personas de edad avanzada sobre el número total de personas desempleadas”, añade el documento. “Antes de la Gran Recesión, era el cuarto país con menor proporción de desempleados de esa edad”, matiza después. Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el INE, este colectivo de trabajadores mayores parados representa el 30,2% del total de demandantes de empleo en el tercer trimestre de 2023.

Esta incapacidad para hacer frente no solo al empleo de larga duración —otra de las espitas tradicionales―, sino para ofrecer alternativas a aquellos demandantes de mayor edad ha provocado una alteración desconocida hasta la fecha en las métricas laborales. “A pesar de que las tasas de paro de jóvenes y mayores convergieron con la pandemia, hoy el colectivo más numeroso de parados es el de aquellos con edad avanzada”, desgrana Florentino Felgueroso, coordinador de este estudio y experto en mercados laborales. “Las personas que se apuntan en una oficina de empleo cada vez tienen una edad mayor, es un reto que está ahí y que irá creciendo”, añade.

Las causas que esgrime este economista para justificar esta variación son dos: “Por un lado, se debe al envejecimiento de nuestra masa de trabajo, que ha sido mayor y más rápido que el del resto de los países”, incide Felgueroso; “y por otro, a que la tasa de actividad de las personas en edad avanzada ha aumentado, especialmente con la entrada de la mujer dentro de este colectivo”, remacha.

El incremento de la tasa de empleo en el grupo de edad avanzada “no ha compensado el que ha experimentado la tasa de actividad”, de tal forma que “las tasas de paro de todos los grupos de edad por encima de los 50 años también han crecido hasta converger con la tasa de paro media total”, resuelve el documento. En vista de esta convergencia, el diseño y la implementación de políticas activas de empleo se presenta como uno de los desafíos principales durante los próximos años como medida de corrección. Algo que también dificulta el diseño óptimo de estas políticas pasivas, puesto que se trata de “los mayores receptores de prestaciones por desempleo” al estar “más cercanos a la edad de jubilación”.

El documento de Fedea explica algunas de las razones por las que el colectivo de desempleados de 50 años o más ha dejado de trabajar en los últimos ejercicios. “Más de la mitad lo hicieron por haber finalizado un contrato temporal o por ser fijos discontinuos en periodo de inactividad”, detalla. Y también detalla que dentro de este subgrupo existe una discriminación por género que perjudica a las mujeres. “La brecha de género en edades avanzadas es mayor que en otras franjas de edad”, alerta el coordinador del estudio. “Entre las mujeres situadas en estos tramos de edad, no se observan efectos de la reforma laboral de 2022 sobre el porcentaje de asalariadas con contratos temporales o fijos discontinuos”, concluye el estudio de la Fundación.

Ralentización sostenida

Otro de los efectos de la reforma laboral que está perdiendo fuelle es el de la creación de empleo. “Las afiliaciones a la Seguridad Social y el número de ocupados de la EPA aumentaron entre julio y septiembre, en línea con lo sucedido desde el tercer trimestre de 2020″, indica el documento. La creación de empleo perdió impulso “lastrada por la ralentización del crecimiento económico, que apenas alcanzó el 0,3% trimestral”, justifica el documento. Que, además, pronostica —basándose en los datos hasta la primera quincena de noviembre—, “un crecimiento similar” para el cuarto trimestre del año.

Como novedad respecto de anteriores estudios, este último Observatorio de Fedea se adentra en el cariz verde del mercado de trabajo. Esto es, en su impacto sobre el medio ambiente. Así, determina que entre 2008 y 2021, “se produjo una reducción de un 36,8% de las toneladas de gases de efecto invernadero emitidos por las empresas en España”. Una caída que tuvo lugar en dos fases: “Durante la Gran Recesión y durante la pandemia”. De esta forma, concluye también que los “empleos verdes” han aumentado un 62% entre 2014 y 2021, y que este crecimiento se debió “esencialmente al sector de la construcción y a la gestión o ahorro de energía”.

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By Henry F. Soto

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