Cisma y enredo morrocotudo en el fútbol español. El grueso de las jugadoras que fueron campeonas del mundo hace solo un mes en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda decidió comunicar en la mañana de este viernes a la Federación Española de Fútbol (RFEF) que renunciaban a jugar con la selección. Sucede, sin embargo, que las futbolistas, que se reunieron de forma telemática hasta en dos ocasiones la tarde del jueves, no están unidas; no todas piensan lo mismo, tampoco actúan como gremio. Las discrepancias y división de opiniones se evidenciaron unas horas después, cuando algunas de ellas remitió un mail a la Ciudad Deportiva de Las Rozas para señalarse como seleccionables. Varias de esas que se ofrecen a la Roja son campeonas del mundo. Todo un guirigay para la nueva seleccionadora nacional, Montse Tomé, que a las 16.00 debe anunciar la convocatoria para los próximos envites de la Nations League, el 22 de septiembre frente a Suecia (Gotemburgo) y el 26 ante Suiza (Córdoba).
Después del beso no consentido del expresidente Luis Rubiales a la delantera Jennifer Hermoso en las celebraciones del Mundial, las jugadoras explotaron. Pusieron en marcha la etiqueta #SeAcabó y decidieron renunciar a la selección. Publicaron entonces una carta de renuncia que llegaron a firmar más de 80 futbolistas, en la que reclamaban cambios estructurales en la Federación Española de Fútbol (RFEF). Pasadas tres semanas desde ese beso no consentido, la presión social y política obligó a Rubiales a presentar su dimisión, toda vez que ya estaba inhabilitado por la FIFA por 90 días, mientras se resuelve el expediente que le abrió el organismo internacional por abuso de poder. A su salida, siguió también la de Jorge Vilda, el seleccionador campeón del mundo, un técnico que las jugadoras consideraban controlador y de bajo nivel.
La mayoría de las futbolistas impuso su criterio con argumentos por el mal trato recibido por el área de Integridad, el departamento de comunicación, de marketing y de fútbol, ya que las jugadoras desconfían de la voluntad de los directivos actuales en ejercer cambios que no se han dado hasta la fecha. Así, Las futbolistas españolas consideran que las salidas de Rubiales y Vilda son insuficientes, solo un primer paso, meros cambios de cromos que no abordan ni ponen solución a una reforma profunda del cuerpo federativo, donde persisten personas muy próximas al expresidente y que defienden el status quo y unas maneras de hacer que las jugadoras se han empeñado en derrocar. Entre esos nombres están el del secretario general Andreu Camps, todos los hombres que configuraban el gabinete presidencial y el del jefe de comunicación Pablo García Cuervo. Del mismo modo, solicitan que se ponga a alguien en la dirección deportiva -vacío que deja también Vilda porque duplicaba sus funciones- y les hubiera gustado que el nuevo seleccionador no tuviera un cariz continuista, pues asumen que Tomé era una persona de la confianza de Vilda.
Por eso, han decidido no volver a jugar con la selección hasta que haya cambios estructurales, tal y como avisaron en aquel primer comunicado. Pero no todas piensan lo mismo. Unas cuantas, entre las que hay varias campeonas del mundo, han manifestado su deseo de volver al equipo y jugar con la Roja, ya que consideran que los cambios son suficientes y aprueban la buena fe de los directivos que se han quedado por ahora y sus promesas de cambio próximo. También les pueden las ganas por competir, disfrutar del éxito del Mundial y luchar por un puesto en los Juegos Olímpicos por primera vez en la historia vía la Nations League.
Montse Tomé, la nueva seleccionadora, tiene ahora un papelón. A las cuatro de la tarde debe ofrecer la lista de jugadoras para jugar la Nations League y ya sabe que no puede contar con la mayoría de las futbolistas españolas. Por lo que probablemente tirará de las jugadoras sub-23, puesto que casi ninguna estaba adscrita al comunicado de las 80 jugadoras en su renuncia a la selección.
“Necesitamos de consenso, valor y liderazgo por parte de las instituciones, y es por eso que no nos pararemos aquí”, decía Alexia Putellas, líder del Barça y de la selección, dos veces Balón de Oro, en un escenario y ante una audiencia ilustre, cuando el miércoles les fue entregada a las jugadoras del Barcelona la Medalla de Honor del Parlamento de Cataluña. “Estamos aquí para quedarnos y ayudar a las que vendrán. Estos días lo hemos visto con la grave situación que estamos viviendo con la RFEF y los cambios que estamos solicitando para que ninguna mujer, tanto dentro como fuera del fútbol, tenga que vivir nunca más situaciones como faltas de respeto o abuso”, añadió.
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